
Muchos ciclistas sospechamos que para ser ciclista de ruta amateur algún daño mental debes de tener, o quizá alguna propensión al masoquismo (Disfrute o placer que se experimenta con un pensamiento, situación o hecho desagradable o doloroso) Y es que para comenzar hay que despertarse de madrugada, incluso antes del amanecer. Suena la alarma y comienza el “martirio” con el primer pensamiento que muchos de nosotros tenemos: “¡¡Qué sueño!!”, “¿Qué necesidad?”, y “¿si les cancelo y me vuelvo a dormir?” (todos estos o alguno de los anteriores) pero aun así te pones de pie, como zombi te vistes y preparas tus cosas si es que no fuiste tan precavido y lo hiciste la noche anterior: pones aire, aceite, checas frenos y llantas y el tan famoso para mi “guantes, lentes, casco, zapatillas”.

Te diriges al lugar de entreno, lo más seguro y en estas fechas que congelándote, con las manos tan entumidas que incluso se te dificulta hacer los cambios o frenar, la quijada trabada y las mucosas goteando. Arrancas... los primeros kilómetros son felicidad con todo y los entumecimientos e inclemencias del clima, vas tranquilo platicando aún de noche, y siempre con el peligro latente, pero inconsciente de morir: de que un automovilista se ponga furioso y te aviente el coche, un camionero se duerma o simplemente no te vea y te atropelle, o en el mejor de los casos algún compañero o
tu mismo se enllante y tumbe a todo el pelotón dejando a alguien con algún hueso roto... pero bueno, gajes del oficio, y así, con el peligro implícito continúa la rodada.
Después de los primeros kilómetros te das cuenta de que comienza el ritmo incómodo porque se hace el silencio, ya nadie habla, ni se ríe, todos concentrados en no “botar” y con el grupeto sólido siguen embalados hasta que se percibe a lo lejos la primera subida, si bien eres de aquellos que ruedas medianamente como el promedio del grupo con el que vas no te pondrás nervioso, pero si dejaste de entrenar, estás en mala forma o note gustan las subidas comienza el martirio y sabes que viene el sufrimiento.
Unos bajan el disco, otros se paran en pedales, algunos ayudan empujando a algún compañero, pero todos absolutamente todos hacen su mejor esfuerzo para no quedarse, las piernas se empiezan a endurecer, enchilan los cuádriceps, el lactato hace de las suyas y las respiraciones comienzan a asemejarse a una película porno. Unos lo logran, otros se quedan rezagados en la colina, pero sin importar quién se queda, el grupeto, ahora más reducido, sigue mientras que los rezagados en la bajada se lamentan: Si hubiera puesto el plato, si me hubiera colocado mejor, si no hubiera dejado de entrenar.
si no hubiera cenado esos tacos al pastor, etc. nadie dice nada en voz alta, pero sabes que todos esos pensamientos están flotando en totalbikemagazine.com 35 sus cabezas, pero aun así siguen rodando sin tregua, y ya sea que vayas en la punta o seas de los rezagados sabes que todos absolutamente todos, a su nivel, están sufriendo, continuando exhaustos sin descanso hasta terminar el entreno, “paseo” o la propia meta impuesta y justo es allí, con la sensación de logro que surge al completar un recorrido desafiante, donde viene la gran gratificación: el sutil placer que se experimenta en el dolor y el sufrimiento extremo de llevar tu cuerpo al límite de sus capacidades físicas, a veces incluso, unas que ni siquiera tú sabías que las tuvieras, pero que son necesarias para el logro de tus objetivos. Y es que la belleza de este deporte radica precisamente en que se requiere no solo de una excelente fuerza y resistencia física, sino también y sobre todo una gran fortaleza mental.
En fin, no sé a ciencia cierta si a los ruteros nos falta un tornillo, si somos masoquistas o si solo son las endorfinas liberadas por el esfuerzo físico, lo que hace que seamos capaces de llevar a nuestros cuerpos a límite, sentir dolor, sufrir y tolerar el extenuante cansancio con el peligro siempre inminente de la muerte y que al final nos llenemos de bienestar, felicidad y ganas de que sea ya la siguiente rodada, aun sin cobrar nada Pero lo que si puedo asegurar es, que si bien nos gusta sufrir y sentir el dolor en las piernas, preferiremos siempre minimizarlo y para ello es indispensable realizarlo con la más alta calidad en indumentaria para ciclismo de ruta que te mantenga cómodo, en cualquier rodada larga y bajo cualquier tipo de clima. Y por eso te invito a que te acerques a Defiant-Adikto sportwear y conozcas más de nuestra tecnología para este desafiante deporte.
